Preparación

Pelar las cebollas y cortarlas por la mitad, luego cortarlas en rodajas finas.
Colocar en un bol y agregar la sal y la harina de trigo con ayuda de un colador para distribuir mejor.
Mezclar bien las rodajas de cebolla con sal y harina de trigo con las manos, haciendo que las rodajas de cebolla se separen en tiras y se cubran completamente con la harina.
En una sartén de fondo grueso, colocar el aceite de girasol y llevarlo a fuego alto, dejando que la temperatura alcance los 180ºC a 190ºC.
Prueba la temperatura con unas rodajas de cebolla, el aceite debe hervir vigorosamente.
Baja el fuego a medio y fríe 1/3 de la cebolla a la vez para evitar que se pegue.
Fríe cada porción durante 7 a 8 minutos, revolviendo constantemente, para que se dore uniformemente.
La cebolla tiene un 89% de agua en su composición, parte del agua se evaporará y la cebolla se reducirá significativamente de tamaño.
Tenga cuidado cuando una porción de las tiras de cebolla comience a dorarse, ya que pasan de doradas a quemadas en unos segundos.
Al final, revuelva constantemente hasta alcanzar el color deseado y dore uniformemente.
Para que queden muy crujientes, deben ser de color dorado oscuro.
Cuando alcances el color deseado, retira rápidamente de la sartén y coloca sobre una toalla de papel absorbente. Repite el proceso hasta terminar la cebolla.
Rinde 80 gramos.

Ingredientes

  • 3 cebollas medianas
  • 1/2 cucharadita de sal
  • 1 cucharada y media de harina (tamizada)
  • 300 ml de aceite de girasol